Es un recorrido marcado por la pasión, la intuición, las emociones, que ha conducido a Guillaume, desde su infancia en la región, a su cocina actual.
Desde su juventud comienza a construirse el amor por lo auténtico, del buen gusto culinario, gracias al huerto de su madre y a la granja familiar de su abuela, donde reina una poli cultura agrícola ancestral.
Él se orienta hacia una carrera científica, gran defensor del medio ambiente, de la biodiversidad y del ecosistema, indignado por la evolución de la sociedad devastadora e irrespetuosa de lo que hace vivir y del sentido común de antaño.
Llega entonces« por fin » en cocina, ya beneficiando de una madurez de vida, de una apertura de espíritu, de un análisis y de una retrospectiva más necesaria que nunca.
Paradójicamente, ligada a una ingenuidad culinaria, es así que va a construir poco a poco su estilo: una cocina dinámica, en movimiento, conmovedora y frágil.
Su paso en varias grandes restaurantes, principalmente la del maestro local Michel Bras, lo reconfortan en su elección.
Cocinar se convierte en un acto militante, defender el producto «verdadero», proveniente de una poli cultura agrícola natural, respetando el medio ambiente.
¡El conocimiento profundo del producto (productor, lugar, clima, variedades...) es necesario e indispensable para cocinar!
